Una arquitectura que traspasa los límites del tiempo

Arte capaz de envolver al arte. Arquitectura con ansias de perdurar.

Inspirados en la antigüedad clásica o levantados con las más avanzadas técnicas constructivas, los mejores teatros del mundo mantienen unas líneas arquitectónicas con la capacidad de no dejar indiferente. Su simple contemplación ya deja intuir la majestuosidad de los espacios que se esconden en su interior.

Teatro Bolshoi

Moscú (Rusia)

La palabra “bolshói” significa “grande” en ruso, y no podría haber otra palabra mejor para definir este gran teatro, uno de los más grandes y significativos del mundo y el centro mundial del ballet por excelencia. Fue remodelado para la compañía imperial rusa en 1856 por el arquitecto Albert Kavos, quien reconstruyó el antiguo teatro, inaugurado en 1821 y destruido en un incendio en 1853. Destaca su fastuosa entrada de columnas de piedra caliza, coronada por una escultura de Apolo dirigiendo una cuadriga al galope.

Teatro Bolshoi

Sydney Opera House

Sydney (Australia)

Existen pocos edificios tan icónicos en el mundo como la Ópera de Sydney, considerada la octava maravilla del mundo moderno. En 1956, el Gobierno de Nueva Gales del Sur hizo público un concurso para el diseño de una ópera y una sala de conciertos sinfónicos. La construcción de la ópera comenzaría en 1959, con diseño a cargo del arquitecto Jørn Utzon. Las famosas conchas de su estructura tienen más de un millón de azulejos de cerámica hechos con arcilla y piedra triturada. Se tardaron once años en completar la estructura del techo.

Sydney Opera House

Lincoln Center

Nueva York (EE.UU.)

El Lincoln Center es, en realidad, un complejo dedicado a las artes escénicas, especialmente el teatro, la música, el ballet y la danza. Ubicado en el Upper West Side, fue inaugurado en los años sesenta por iniciativa de Robert Moses, considerado el gran renovador de la arquitectura neoyorquina de mediados del siglo XX. Resulta mucho más bonito de noche, cuando los edificios se iluminan y el lugar adquiere un aspecto cinematográfico que enamora al primer golpe de vista.

Lincoln Center

Ópera de Oslo

Oslo (Noruega)

La Ópera de Oslo es el edificio contemporáneo más emblemático de Noruega. Fue encargado a raíz de un concurso público y hoy se ha convertido en el eje cultural de la ciudad, con una ubicación estratégica a tan solo unos pasos de la ciudad, en el inicio del Oslofjord. El edificio es obra de la firma noruega Snøhetta y
fue premiado en 2009 con el Premio Mies van der Rohe. Lo más característico es su gran plaza inclinada, que se hunde en el mar, y sus cubiertas, que permiten recorrer completamente el edificio.

Ópera de Oslo

Ópera de París

París (Francia)

La Ópera de París o Palacio Garnier es un edificio construido por el arquitecto francés Charles Garnier como encargo del emperador Napoleón III en el Segundo Imperio. Su espectacular arquitectura se debe a la fusión de varios estilos artísticos, aunque el barroco es el que predomina en la construcción. La inauguración se produjo en 1875. A la sociedad de la época le fascinó la riqueza constructiva de sus formas y la profusión de su decoración.

Ópera de París