El sector de la automoción cada vez es más consciente de lo importante que es la tecnología y el respeto al medio ambiente.

El sector de la automoción cada vez es más consciente de lo importante que es la tecnología y el respeto al medio ambiente.

Gran parte de los esfuerzos en este aspecto se han enfocado a conseguir mecánicas más limpias gracias a la electrificación (vehículos híbridos en todo tipo de segmentos, eléctricos de batería o pila de hidrógeno) o los ya conocidos vehículos impulsados por gas, pero también resulta clave reducir la huella ecológica del vehículo en otras áreas, algo en lo que el reciclaje ha adquirido una importancia capital.

1. ¿De qué está hecho un neumático?

El principal componente de un neumático es el caucho, que suele ser mezcla del natural (proviene del látex) y del sintético (hecho a partir de polímeros). Es el material más conocido, pero en la composición se suman otros elementos de los que es posible que no hayas oído hablar:

  • Negro de carbono: proviene de la combustión incompleta de derivados del petróleo, refuerza el caucho y aporta resistencia a la abrasión.
  • Acero: forma parte de los cinturones radiales de la estructura del neumático.
  • Textiles: cada vez son menos habituales, pero dan forma a cables de fibra y a telas de carcasa.
  • Minerales: el óxido de zinc y el azufre tienen una presencia importante, pero también se emplean otros como el cadmio y el silicio.
  • Compuestos químicos: suelen usarse más de 100 distintos (en ocasiones superan los 200) y entre sus funciones está proteger la goma del desgaste por estar expuesta al sol.
2. La vida útil del neumático

Mientras que otros componentes de un automóvil pueden durar tanto como se cuiden, los neumáticos sufren un desgaste acusado por el uso y, por ello, tienen una vida útil finita que, además, suele estar bien definida.

Por supuesto que depende del tipo de uso que se le de, pero, en general, deberían cambiarse entre los 40.000 y los 50.000 kilómetros, suponiendo que sean de buena calidad. Un truco muy sencillo para comprobar si ha llegado el momento de cambiarlos es la profundidad del dibujo, cuyo mínimo legal es de 1,6 milímetros, y se hace introduciendo una moneda de un euro en la franja, si la goma sobresale de la circunferencia exterior dorada, todavía les quedan kilómetros por delante.

Conviene tener en cuenta que los neumáticos no tienen una fecha de caducidad al uso, pero sí que a los 10 años de su fabricación empiezan a perder algunas de sus propiedades, por lo que a partir de ahí irán siendo menos seguros de manera progresiva.

3. Así se recicla un neumático

Dado que son elementos finitos y que día tras día decenas de miles de vehículos tienen que cambiarlos, desecharlos produce una cantidad de residuos enorme. Es por eso que reciclarlos se postula como la alternativa idónea, algo que refuerza el hecho de que sus componentes son altamente aprovechables.

Cuando se cambian los neumáticos en un taller (se calcula que en España se ponen 25 millones nuevos de manera anual) hay que dividir entre los que están en un estado relativamente bueno, que son recauchutados y vuelven a usarse como ruedas de nuevo (un 10% del total) y aquellos que solo pueden emplearse de nuevo como materias primas.

El taller se encarga de gestionar su entrega para que vayan a plantas de reciclado y sean tratados como corresponden. Una vez clasificados en función de los elementos por los que están compuestos, pasan a trituradoras que los hacen papilla y, tras estas, a máquinas de granulación en las que se separan los distintos materiales de los que están compuestos. Lo siguiente es derivarlos a una u otra industria en función de cuál vaya a ser su próximo uso.

4. Los múltiples usos de los neumáticos reciclados

Los neumáticos reciclados se emplean para una amplia variedad de fines, muchos de los cuales seguramente ni te hayas planteado:

  • Carreteras: el polvo de caucho se emplea en la mezcla de asfalto para mejorar sus propiedades de drenaje de agua, reducción de agrietamiento y, en general, para alargar la vida útil del compuesto
  • Guardarraíles: se puede emplear para fabricar estructuras que absorben mejor las energías en caso de impacto, lo que puede acomodar mejor los coches cuando haya un accidente y reducir las lesiones experimentadas por los motoristas.
  • Barreras en circuitos: cualquiera que haya visto una carrera de un deporte de motor sabe que las curvas cuentan con neumáticos usados para proteger a los pilotos en caso de salida, pero no vale cualquiera, tienen que cumplir con la normativa de la FIA.
  • Campos de césped artificial: el caucho granulado se emplea en los campos de fútbol de césped artificial, pero también para formar el suelo de las pistas de pádel.
  • Suelos de parques infantiles: dada su capacidad de absorción de impactos se utilizan como suelo en los parques infantiles para intentar reducir el daño que se puedan hacer los más pequeños al caerse
  • Reductores de altura de ola: colocando los neumáticos para crear estructuras de distintas formas, se consigue reducir la altura de las olas que se producen en aguas interiores.
  • Techos de viviendas: se da forma de plancha al caucho, de manera que se emplea para crear techos para viviendas. Es común que después se recubra con otro material ya sea por fines estéticos o para añadir nuevas propiedades.
  • Pantallas acústicas: por su cualidad de gran capacidad de absorción de vibraciones, forman un material ideal para crear paneles de aislamiento acústico.
  • Suelas de zapatos: para este fin hay fabricantes que directamente utilizan la cubierta del neumático, aunque son los menos. Lo más normal es incluir polvo de caucho en su composición debido a su capacidad de amortiguación, lo que mejora la comodidad.