La tecnología ha avanzado para conseguir motores cada vez más eficientes y la electrificación no ha hecho sino ayudar a este propósito

Pero aun así hoy en día hay ciertos trucos tradicionales para reducir el consumo de combustible de tu vehículo que siempre son de mucha ayuda.

Algunos son de Perogrullo, otros quizá no te los habías planteado, pero todos ellos te ayudarán a rebajar el consumo medio y a espaciar cada vez más el paso por la gasolinera. Tu bolsillo te lo agradecerá.

Conduce en la marcha apropiada

Conviene ajustar la marcha engranada a la velocidad a la que circulamos, puesto que si el coche va demasiado revolucionado estará trabajando el balde (y gastando más combustible) y si está funcionando a menos revoluciones de las óptimas, en cuanto sea necesario acelerar le va a costar y va a demandar más gasolina o gasoil del que debería.

Alcanza tu velocidad objetivo pronto

Se tiende a pensar que pisar el acelerador a fondo significa aumentar el consumo y, aunque puede parecer así, no lo es siempre. Nos explicamos. Resulta más eficiente, en autopista, acelerar de manera rápida hasta alcanzar los 120 km/h y mantenerse a velocidad, que llevar a cabo una aceleración lenta para llegar al mismo punto ya que, aunque no se hunda el acelerador, se estará más tiempo demandando potencia al motor (aunque no sea tanta) y gastando combustible.

Mantén una velocidad uniforme y aprovecha las inercias

Un clásico: “olvídate de los acelerones y los frenazos”. Mantener una velocidad uniforme es clave para conseguir un consumo bajo, anticípate a lo que ocurre en la carretera y actúa en consecuencia, tu bolsillo lo agradecerá. En esa misma línea, aprovecha las inercias propias de la conducción: deja correr el coche en una bajada en una marcha larga (aunque prestando atención para que no haya sustos), cuando te estés acercando a un semáforo en rojo, cuando te aproximes a un vehículo que va más lento y al que no puedes adelantar, etc.

Sube las ventanillas

Bajar las ventanillas es una opción muy utilizada en verano para airear el coche, pero, mientras que en ciudad no supone un gran inconveniente, al circular por carretera a velocidades más altas, llevarlas abiertas rompe el flujo del aire alrededor del coche, generando una mayor resistencia y aumentando el gasto de combustible.

Mantener una velocidad uniforme es clave para un consumo bajo, anticípate a lo que ocurre en la carretera y tu bolsillo lo agradecerá.

Espera para encender la calefacción o el aire acondicionado

Tanto para calentar el habitáculo como para enfriarlo resulta interesante dar unos minutos al coche para que coja temperatura y así los sistemas operen de manera más fluida, sin llevar a cabo un gasto energético inútil.

Lleva los neumáticos con la presión correcta

Que las ruedas estén infladas a la presión que deben es una cuestión de seguridad, para que el coche responda de manera óptima, pero también ayuda a que el consumo no sea mayor de lo debido. Si tienen menos presión de la recomendada, la superficie del neumático en contacto con el suelo aumenta y el motor estará obligado a trabajar de más, con el gasto que ello conlleva.

Apaga el motor en paradas prolongadas

Cuando se trata de paradas propias de la conducción, tales como las que se producen en un semáforo o stop, es el propio sistema de parada y arranque del motor el que lo detiene, ayudando a rebajar el consumo a la larga. Sin embargo, en paradas más largas, como cuando por ejemplo esperes para recoger a alguien, apágalo tú directamente, porque al ralentí se sigue consumiendo combustible. Además, desde septiembre no apagar el motor en estos casos conlleva una multa de 100 euros.

Equipaje, solo el justo

En viajes y desplazamientos largos es imposible no llevar el equipaje necesario, pero a menudo en trayectos diarios se llevan objetos innecesarios en el maletero, que aumentan el peso del vehículo y afectan negativamente al consumo. De la misma manera, utiliza solo baúles y cofres de techo, bacas, etc., cuando sea imprescindible, puesto que rompen con la aerodinámica del vehículo, generan mayor resistencia al aire y se gasta más combustible.

Ahorra a la hora de repostar

No solo mientras se conduce es posible reducir el consumo del vehículo, también es posible ahorrar algo de dinero mientras repostamos en la gasolinera. Aquí van unos cuantos consejos al respecto:

  • Reposta por la mañana, con la temperatura ambiente fría tanto la gasolina como el diésel tienen una menor densidad, así que saldrás ganando en el repostaje
  • Reposta antes de tener el depósito vacío, porque cuando el nivel está bajo hay más aire dentro, lo que hará que el carburante se evapore más rápido
  • No repostes apretando al máximo la manguera, porque a toda la potencia se evapora parte del combustible que está saliendo, por lo que se pierde la parte de la gasolina o gasoil que se convierte en gas
¿Qué ocurre con los eléctricos?

Aunque en el caso del vehículo eléctrico de cero emisiones no hablemos de un “combustible” propiamente dicho, sí que hay ciertas medidas que podemos tomar para ahorrar energía, algunas compartidas con los modelos térmicos y otras específicas.

El vehículo de cero emisiones todo lo que afecte a optimizar la aerodinámica y reducir la resistencia a la rodadura es clave para alargar la autonomía, así que consejos relativos a la presión de los neumáticos, la apertura de las ventanillas o el uso de baúles y demás, son todavía más importantes.

Por lo que respecta a las recargas, hay varios conceptos a tener en cuenta. Dado que las baterías son de ion-litio, como ocurre con los smartphones, conviene no dejar que se descarguen por completo, para que la “memoria” de la batería no registre un ciclo de carga gastado y pierda eficiencia con el paso del tiempo. De la misma manera, tampoco es buena idea cargarlo hasta el 100%. Oscilar entre un 15 y un 80% de su capacidad sería lo óptimo.

También hay que tener en cuenta que, por tentadoras que sean, es mejor que las recargas rápidas sean contadas. Dado que para operar necesitan calentar el sistema más de lo habitual, son más agresivas para la batería. Además, el precio del kW es considerablemente mayor en estaciones rápidas que en un enchufe doméstico o wallbox.